martes, 16 de junio de 2009

De la Vega, Garcilaso. Soneto XIII . A Dafne...

(Apolo y Dafne, de Bernini)

A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!

Garcilaso de la Vega (1501-1536)

2 comentarios:

  1. Eterno e invencible soneto. Siempre corriendo Apolo, siempre esquiva Dafne. Uno de los momentos más mágicos de la poesía en esta metamorfosis en árbol, tan dinámica y lograda por Garcilaso.
    Amor a raudales, sus lágrimas la hacen crecer...
    Qué hermoso soneto.

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  2. Este poema Garcilaso, así lo lea miles y miles de veces, siempre me tocará más allá y mucho más allá aún...

    Gracias amigo!!

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